martes, 28 de abril de 2015

Crónica: Lujuria + Omnia Transit + Mind Traveller. Sala Barroco, Caceres (28.03.15)


El pasado sábado 28 de Marzo, el equipo de El Templario Del Metal visitó Cáceres para asistir al concierto ofrecido por la sala Barroco donde nos encontramos con Mind Traveller, Omnia Transit y Lujuria.

Antes de la batalla, estuvimos en la puerta de la sala, conversando con algunos de los asistentes al concierto y componentes de los grupos protagonistas de aquella noche. Y querríamos destacar la buena onda del portero, que pese a su intimidante presencia, fue muy simpático con todo el mundo.

Dentro ya de la sala, pudimos apreciar la profesionalidad de los camareros a la par de la cuestionable educación del técnico de sonido. No somos muy expertos en el tema del sonido, no sabemos si es por la arquitectura de la sala, o por el equipo, o simplemente porque no se hizo todo lo bien que se debió, pero el sonido no era lo más excelente del mundo. Pero bueno, al final disfrutamos con los grupos.

El concierto empezó sin apenas gente en la sala, debido a la agobiante prisa del dueño, cosa que contaremos más adelante. Estábamos cuatro gatos, los camareros y el técnico de sonido.



Los primeros en empezar fueron los residentes cacereños Mind Traveller, los cuales llevan ya 4 años de conciertos y dos discos, de los cuales el último aún no está a la venta hasta principios de verano. Además, aquella noche despedían a su gran guitarrista Pablo Yuste (Pavo, El hombre de los 1000 dedos) el cual, por motivos personales, ha de dejar a la familia Mind. Esperemos que sea un “hasta luego”.























Estos chicos nos presentaron temas de su nuevo disco "All the Signs": “Behind the Glass”, “Across the Silence” y la impresionante “From the Other World” entre otras y también “The wanderer” de su primer disco (también incluido en su segundo disco). A pesar de tener que recortar repertorio, obligatoriamente, y del problema con el sonido, ya mencionado antes, nos transmitieron su potente y brutal metalcore al que nos tienen acostumbrados. 

Y siempre superándose.
Personalmente, me encanta el toque que han conseguido con los teclados de Marcos Tremonti, transformando un simple metalcore en una obra de arte.



Los siguientes guerreros de la batalla fueron los pacenses (Eeeo Badahó Badahó Badahó) Omnia Transit, que venían de tocar en Calamonte ese mismo día y a pesar de tener los mismos problemas de recortes (apolíticamente hablando) y tocar sin haber ecualizado siquiera, es decir no pudieron hacer la prueba de sonido porque no les dejaron por falta de tiempo, nos transmitieron su alegría y disfrute por la música demostrando el potencial musical de Badajoz.

 Tocaron canciones como “Cuenta la historia”, “En mis sueños” y “El torito” con estilo Rock pacense, sin lugar a dudas, haciéndonos vibrar a todos. 

Sonaron también versiones míticas como “Sweet child o´mine”, “maldito sea tu nombre”, “Esta es una noche de Rock and Roll” y “No hay tregua”.

Particularmente, el tema “El torito” me gustó bastante, muy pacense, español, un Heavy agitanao. Nunca pensé que me gustaría este género. He intentado buscar en internet un buen archivo, pero como lo hicieron en el concierto no hay nada.






















La banda esta creciendo y eso se nota en cada directo, la incorporación de Víctor a la voz ha sido un gran acierto, haciendo que la formación suene como un bloque bien cimentado.

Corriendo y deprisa subieron empujados, Literalmente (demos gracias al dueño del local…), al escenario, los grandes, inigualables e inimitables Lujuria, cabeza de cartel aquella noche. Grupo heavy español que lleva 25 años 
subidos a los escenarios. 



Los segovianos nos presentaron su LP, titulado, “Esta noche manda mi polla”, el cual, es su forma de homenajear esos 25 añazos. Un momento muy digno de mencionar aquella noche fue la aparición de Oscar, pues subió al escenario portando, lo que podría decirse, el estandarte del grupo: Un gran pene inflable, más alto que él mismo, el cual recorrió toda la sala por encima de nuestras cabezas.

La primera canción que tocaron fue la que da nombre al mencionado LP: “Esta noche manda mi polla” la cual el público, eufórico, coreó. Repasaron su amplia discografía sonando canciones como “Cae la máscara”, “Mozart y Salieri” y “Sexurreción” en las cuales todo el público no paró de cantar en ningún momento. Entre canción y canción los artistas expresaban lo que más o menos todos pensamos de la sociedad, de la sala y el orgullo de ser heavys .

Al igual que paso con los anteriores grupos les quisieron recortar el tiempo de actuación pero la presión del público y ellos mismos, que se sentían muy a gusto sobre el escenario hicieron caso omiso de las exigencias. Cuando parecía que era la última, iban a por otra y a por otra hasta que llegó el inevitable final. 




















Nada más terminar, casi sin dejar que saludasen, ya nos habían colocado la música que la sala quería para sus clientes sin adaptarse a los clientes que actualmente estaban en la sala.

Musicalmente, y gracias casi por completo a los músicos y al público, que en mi opinión, en el campo habríamos estado más cómodos que en aquella sala, disfrutamos de un conciertazo. Una buena noche.

Para finalizar, me gustaría comentar el comportamiento del dueño, seguro que todo el que estuvo allí para verlo, estará de acuerdo con nosotros.

Para empezar, ni siquiera había informado al portero de la lista de acreditados al concierto, siguiendo por la agobiante y vergonzosa prisa que tenía, cuando ni siquiera había comenzado aún el concierto, haciendo que los grupos recortasen tanto su repertorio que, de no ser por el pedazo de público que había aquella noche, no habrían tenido tiempo de conectar con ellos.

El primer grupo, Mind Traveller, tocó con la sala vacía, solo se le veía a él apremiando el final. Se podía palpar la rabia, pues como ya hemos citado, aquel concierto lo dedicaban a su guitarrista “Pavo”, ya que se separará de la banda.

Omnia Transit, sin resignación ninguna, tocaron tranquilamente, haciendo a un lado los agobios, lo cual hizo, al menos a nosotros, olvidar al tedioso dueño, pero no por ello significa que les diese igual. Se recortaron bastante y nos supo a poco.

Con Lujuria la cosa cambió: Cuando apareció delante de las narices de Oscar un papel en el que ponía cuando debían cortar, éste lo engulló, dejando claro quien mandaba esa noche. Entre canción y canción declaraban sus opiniones acerca del tema y para cuando ellos decidieron acabar, el público pidió otra, y después otra, y otra más, y todas fueron concedidas. Estaba claro y había que demostrarlo, la música no se hace con prisas, sino, no es música.

Crónica y fotos: Esmeralda y Ricky

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