KARTZAROT es un grupo formado en Bilbao en
febrero de 1989 por los guitarristas Javi Gallego y Roberto Mellid, a los que
se unen Asier Vicario “Matxi”, vocalista, el batería Jon Lecumberri y el
bajista Miguel Ángel Díez “Mitxi”. En 1992 sacan dos temas en una casette
compartida con otras bandas de la zona y un año más tarde editan su primera
maketa. En 1994 graban su segunda demo titulada “Cuestión de tiempo”. Tras
diversos cambios en la formación y numerosos conciertos por la zona, la banda
se disuelve en 1999.
En 2013 Javi, Roberto y Asier se reúnen para dar un concierto sorpresa en Lezama con la nueva sección rítmica conformada por Txetxi Robredo al bajo y Jorge Cobelo a la batería, que coincide con la edición en CD de sus dos maquetas por el sello Iberia Metálica.
Lo que en un principio iba a ser una reunión
puntual acabó convirtiéndose en un regreso en toda regla de la banda, que dos
años después editan este “Arima Ez Da Galtzen” del que hoy nos ocupamos, un
trabajo auto-producido y grabado en los estudios Sound of Apocalypse de Alex de
Benito (aunque las baterías se registraron en Grabasonic) y en el que recogen
algunos temas antiguos junto a otros compuestos recientemente para dar rienda
suelta a su sonido, mezcla de Rock vasco, Hard Rock y Heavy Metal, con
influencias reconocidas de grupos como Michael Schenker, Barón Rojo, Leño,
Kiss, Dokken, Lynyrd Skynyrd o Deep Purple .
Es este un disco al que KARTZAROT han dedicado
mucho tiempo y cariño, poniendo tanta atención al sonido como a la composición,
buscando su propio estilo sin ningún tipo de imposición. Tanto es así que
incluso el diseño del libreto, portada, galleta,… también ha sido obra del
grupo. Han elegido el euskera para expresarse, pero tienen el detalle de
incluir en el libreto las letras también en castellano, lo cual es de agradecer
porque el letrístico me parece uno de los puntos fuertes de KARTZAROT.
Unos suaves acordes dan inicio a "Patakon",
un tema que nos cuenta la historia del bandolero Manuel Antonio Mudarraga y que
podríamos considerar un medio tiempo aunque tiene momentos de mucha fuerza
tanto en las guitarras, protagonistas indiscutibles de este corte, como en las
voces.
Continúan con “Indartsuen Erosotasuna”, una
de esas canciones compuestas hace 20 años, aunque su letra sobre el paro
juvenil sigue plenamente vigente. Musicalmente, pues encontramos Heavy
ochentero de calidad, potente y con unas excelentes guitarras.
Le sigue la melódica “Stop Kaleratzeak”, que posee un estribillo con fuerza y mucho gancho con unas guitarras realmente duras para tratar el tema de los desahucios.
Le sigue la melódica “Stop Kaleratzeak”, que posee un estribillo con fuerza y mucho gancho con unas guitarras realmente duras para tratar el tema de los desahucios.
Otro de esos temas rescatados del pasado es
“Ume Gaixoak”, una auténtica delicia de composición de casi 8 minutos de
duración, con muchos cambios y unos coros intensos y conmovedores que tratan el sufrimiento de
los más débiles, especialmente los niños, en guerras y hambrunas y que
encuentra su punto culminante en la potencia que desprenden en los últimos
compases de la canción. Realmente sobresaliente.
“Sehaska Kanta” se mueve en un estilo más
cercano al Hard Rock setentero, diferente a lo expuesto hasta el momento, con
muchos cambios de ritmo y distintos ambientes conseguidos gracias a las
aportaciones de Aiora Renteria (Zea Mays) y Rafa Rueda (ex-PILT) en los coros.
Como en todo el disco, el trabajo de las guitarras es excelente, dejándonos
aquí un magnifico solo.
Más metalero es “Zazpiak Bateginik”, escrito
hace 20 años, en el que presentan unas guitarras afiladas y una base rítmica
contundente acompañando a otra de sus características letras reivindicativas
(en esta ocasión trata sobre el nacionalismo y el independentismo vasco).
Y ya como broche final, KARTZAROT se
homenajean a sí mismos en la balada “Zure Diea Watsapean”, un estremecedor
corte cargado de sentimiento en el que nos cuentan la historia de su reunión y
la amistad entre los miembros de la banda.
En resumen, un buen disco de Heavy Rock de
sabor ochentero, con las dosis justas de dureza y melodía, un impecable trabajo
de guitarras siempre bien arropadas por la base rítmica, buenos coros y una voz
bastante personal que le imprime su propio sello al sonido del grupo. Muy
recomendable.
Si quieres conocer más sobre KARTZAROT:
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