Salvador Domínguez, el maestro rockero de la
guitarra eléctrica (con sus métodos de guitarra eléctrica en español, han
aprendido muchos de los más grandes guitarristas de la actualidad), presenta un
nuevo single de PURO HARD ROCK, “Gotta Get Away” (Maldito
Digital, 2019). A Salva le gusta traducirlo como “Tengo que pirarme de
aquí”.
Tras cinco años sin publicar disco nuevo, Salvador Domínguez, volvió a sorprender a todo el mundo, antes del verano de 2019, con su single “In The Name Of Your Gods” un tema cargado de grandes riffs y con ese punto crítico, que siempre tuvo el rock, hacia lo que sucede en el mundo.
Ahora Salvador nos sorprende con otra
canción que suena a Hard Rock desde el primer minuto. Y dónde vas a
notar nuevas emociones y sonidos cercanos. En “Gotta Get Away” todo
es nuevo, a la vez que vas a experimentar la sensación que el tema te atrapa y
su estribillo acabará por revivir en tu cerebro. ¡No te pierdas el reprise
final!
Salvador ha producido este nuevo tema, pero ha
contado, para la mezcla, con la inestimable ayuda de su amigo Stuart
Epps (Led Zeppelin, Elton John, Twisted Sister, Bad Company, Alvin Lee,
Vandenberg, George Harryson, Bill Wyman, Wishbone Ash…).
La banda está formada por Jesús Arispont (Def
Con Dos, Pata Negra o Camarón) al bajo, Blai Drummer (Ktulu, Konsumo
Respeto, Def Con Dos o The Great Southern) en la batería y el vocalista
es John Negrete (EGO, Overlife).
Salvador explica
la portada del single: “Es una alegoría de esa fuga que da título al tema, pero
también es un modo de reivindicar mi pasado más duro. Durante 1979 y 1980
pasaba 4 horas diarias viajando en vagones del London Underground y de los
British Railways, para hacer audiciones, visitar locales de ensayo y estudios
de grabación, buscándome la vida.
Un esfuerzo titánico, pero divertido y apasionante,
cuyo recuerdo siempre tengo presente. Fue una formación impagable, que venía a
rematar todo lo aprendido tras casi 10 años de carrera profesional, con 2
álbumes en solitario a mis espaldas, como componente de bandas exitosas (Canarios y Pekenikes),
o tan duras y desafortunadas comercialmente (Blue Bar o Banana),
y trabajando a las órdenes de los productores más importantes de España de
aquel tiempo (Alain Milhaud y Gonzalo
García-Pelayo).
Era, además, una cura de humildad completa, una
catarsis, pues era como volver a empezar...”
No hay comentarios:
Publicar un comentario