Treinta años en una banda de rock dan para mucho: anécdotas
curiosas, graciosas, inverosímiles incluso y, por encima de eso, aprendizaje, mucho aprendizaje en la mejor universidad del mundo: «La Rockplutense», la universidad (pública, por supuesto) del rock español.
Hace treinta años, los segovianos Lujuria se matriculaban,
llenos de esperanza, en «La Rockplutense». Algunas asignaturas se las tuvieron
que sacar en varias convocatorias, otras las sacaban a la primera con Matrícula
de Honor.
Treinta años después contemplan cómo insignes rockeros del
mundo publican sus «tesis doctorales» y cuentan sus vivencias
y aprendizajes, pero en otros países, en otras universidades (la prestigiosa
«Rockxford» inglesa o la no menos prestigiosa «Hard Vard» americana) y sienten
que eso está muy alejado de lo que «se estudia» aquí.
Había que escribir un libro que contase las peculiaridades
del rock español y, después de treinta años, su vocalista, Óscar
Lujuria,
se decide a hacerlo. Un libro con el que no vas a parar de reír, salvo que
medites algunas cosas y te des cuenta de que son... para llorar.
El libro llegará a las librerías el 10 de junio, mientras
hay activa hasta el día 5 de junio una campaña de preventa en la que se puede
adquirir el libro con un póster de regalo: el famoso Catrecismo de Lujuria.
Un volumen de gran formato que conmemora los primeros
treinta años de Lujuria.
Número de páginas: 280
Editorial: Desacorde ediciones
ISBN: 9788412563504
Fecha salia: 10 de junio de 2022
Idioma: Castellano
Formato: 18,5 x 27 cm
Incluye fotografías a color
PVP: 23,95€
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LUJURIA Lujuria nacieron en Segovia en 1990. Cuando sus
integrantes rondaban los diez añitos, en España, inspirados por la California
de finales de los sesenta y el mayo francés parisino, irrumpió la liberación
sexual, la contracultura, la rebelión social, lo underground y un atisbo de
libertad que entraba en la península en las maletas de centenares de miles de
turistas que descubrían el país de las tres eses: Sex, Sea and Sun. Después,
cuando esos segovianos eran ya adolescentes, Argentina recuperó la democracia
y, en Chile, en el 88, triunfó el no a Pinochet. En España apareció «la movida»
y, sin repercusión en los medios, sin tanto bombo, ni siquiera hoy día, «la
verdadera movida», el «rollo». El rock duro. El Heavy Metal. En esos años
mataron a Lennon y, en España, intentaron matar la democracia disparando al
techo del Congreso. ¡Quieto todo el mundo! ¡Se sienten, coño! En los 90, cuando
el Heavy Metal ya no era lo que fue, nació Lujuria. Esos segovianos que habían
crecido viendo el mundo avanzar hacia la libertad, decidieron no callarse, no
amoldarse, no tragar, y con la libertad sexual como bandera y el Heavy Metal
como banda sonora, salieron de la tranquilidad segoviana y se lanzaron al
mundo. Y, desde el minuto uno, fueron a por ellos. Les hicieron comer mierda,
mucha mierda, a veces aliñada, a veces cruda. Cómo consiguieron sobrevivir,
cómo evolucionó su aparato digestivo para que cuanta más mierda les hacían
comer, más flores cagaban, lo vas a leer en este libro. Disfruta el viaje, pero
no dejes de tener presente en cada página que esto no es la historia de un
grupo de rock, es la historia de quienes decidieron ser Belial (si tienes el
libro en tus manos, tú también) y vivir su vida luchando por ser libres a ritmo
de Heavy Metal.
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ÓSCAR SANCHO RUBIO Óscar Sancho Rubio. Nació en Jemenuño
(Segovia) y llegó a la capital segoviana con ocho años, cuando a su padre, que
era maestro, le destinaron a la ciudad. Tiene dos hermanas. Cuando tenía trece
años fallece su padre y es criado, junto a sus dos hermanas, por el cariño y la
valentía de su madre. De esos años dice que aprendió a valorar lo que realmente
importa, fueron años duros en su hogar. Su eterna rebeldía le llevó a un
colegio de curas a los doce años «a ver si los curas le enderezaban»; colegio que,
a los dos años, afortunadamente, tuvo que abandonar (ya había fallecido su
padre y en casa había el dinero justo, muy justo). En su adolescencia se
produce un episodio (narrado en este libro) que le descubre el poder de la
palabra y el humor frente a la violencia. Se estaba poniendo la primera piedra
de lo que sería Lujuria. Cuando conoce a Julito, no tardan mucho en decidir
montar una banda de Heavy Metal que defienda la libertad del ser humano
utilizando el sexo como vehículo expresivo, la ironía y el humor en la mayoría
de sus letras y se embarcan en la aventura de sus vidas. Treinta años después,
sigue igual de rebelde que en su adolescencia, sigue pensando lo mismo (o peor)
de los curas y sigue con su música, de la que solo admite una etiqueta: Heavy
Metal, asegurando que, si a las guitarras eléctricas no les sumas unas ideas
justas, estás haciendo música, puede que muy buena música, puede que una música
increíble y genial, pero… no estás haciendo Heavy Metal.
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